miércoles, 29 de octubre de 2008

Caer en tus garras fue caer.
Caer sin final.
Sin sonido.
Negro, y más negro.
Un pozo frió y húmedo, donde el aire olía ha podrido.
Me dolían las manos, entre los dedos y la uñas.
Gritos que no podían escucharse.
Tampoco los oía.
Esas paredes que todo lo cubrían, el cielo, la luz, todo.
Caer en tus garras, hizo que no fuera.
Cambio.
Deje de ser.
Garras contra las paredes, el aire.
Ese caer infinito, eterno.
Caer eternamente.
Caer en tus garras.
Eterna inocencia, vientos del amanecer,

¿Qué hay del tiempo que ha pasado?
¿Cuántos cuentos me han quitado?

...de aquellos días encendidos y agobiantes
hoy solo quedan mis alas, heridas
Y es que aunque hoy toque otros corazones
Nada puedo hacer con el mío, no...

Le han quitado sus cuentos preferidos
Le han robado la canción
He intentado desplegar mis alas
Y volar por la ciudad
Y quise evitarlo, pero no pude.

Negué leerte por miedo a encontrarte
He recorrido palabras junto a ríos
Y he transformado mi llanto en canción
Desearía que estés aquí conmigo
Y beses mis alas, heridas...

GRACIAS naty por este tema...

sábado, 25 de octubre de 2008

Había una ves en una tierra muy lejana…una princesa que no encontraba su príncipe azul por ningún lado…lo buscaba día y noche…sin descanso…sin respiro…
Busco en todas las esquinas, bajo todos los arbustos, busco en cada uno de los buzones de los vecinos, entre el jamón y el queso de algún pebete…bajo los cordones de la calle, las alcantarillas y las bocas de lluvia.
Miro entre las nubes los días grises, con larga vistas de alguno de sus hermanos, entre las sabanas y la naftalina de la ropa de invierno de la abuela Edele. Busco sobre las mesa, bajo la mesa, entre las sillas. Alguien la vio metiendo la mano en la caja de costura, exclamando algún hu. Entre pinchazos y botones. Desarmo un jabón, una esponja y 4 sepillos de dientes. Busco y busco, DIA tras día, tarde tras tarde, entre papeles, cajones y armarios.
Busco sin descanso.
Busco ese príncipe que tanto tenia para ella, es del que todos hablaban, es de los cuentos de hadas. Hermosos y caballero, educado y cortes. Prolijo y bueno mozo. Del que tantos le habían hablando, del que tanto había escuchado.
Porque no aparecía.
Donde ella no esta buscando.
Donde estaba su príncipe azul.
Recorrió el barrio, las calles y negocios.
Donde estaba su príncipe azul.
Entre las moras, las rojas frutillas, el verde de las manzanas, cuantos sabores semillas y rincones y él no apareció. Así después de un rato de flotar en el aroma de las frutas, probar algunas y sintió algunos sabores nuevos. Distintos. Vio el rojo de los tomates. El violeta intenso de las uvas. Se dejo llevar por los olores frescos, los sabores nuevos.
Allí en ese humilde almacén con olor a humedad, sudor de trabajo y horas perdidas descubrió que el amor, a veces, es a colores.