Dijiste lo que sentías, y tu respeto y sinceridad sigue siendo lo que me llena de tu magia.
Ya no pude mirarte a los ojos, mientras hablabas conté 17 estrellas, y una luna casi llena.
Enfrente podía ver luces, ventanas y cortinas.
No estaba realmente mirando nada, 17 estrellas nos acompañaron.
La magia se termino antes de dar la última pitada, sentía frio y me levante. Me quede muda, esquive tus ojos, tus manos, tus abrazos, me quebré. Sin palabras, le pedí a mi pecho que siga respirando, que siga contando estrellas, que siga…
Hoy estoy triste, no puedo pensar. El sol brilla radiante, y tendré que esperar hasta la noche para ver cuántas estrellas me acompañaran.
Remolino de sentimientos.
Esperando que las aguas se calmen, y que la magia siga circulando.
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