jueves, 17 de marzo de 2011

teatro mágico

Encontré en un libro esta cita, de la que aventure algunas reflexiones personales.

TEATRO MÁGICO

ENTRADA NO PARA CUALQUIERA.

NO PARA CUALQUIERA.

No puedo dejar de confesar que me sentí algo tocada, o mejor dicho invitada. Seria en la calle corrientes que se podrá encontrar semejante oferta, o acaso en alguna de las cortadas que si viene cuentan con menos iluminación y los peatones son menos los pequeños teatros siguen trabajando, para un público más particular, atípico y misterioso.

No es que tuviera necesidad de calificar para estos adjetivos, sino que me sentía un poco parte, y un poco intrigada abajar a ese otro espectáculo paralelo. El disfrutar y el placer son sentimientos y acciones que el hombre realiza y busca. Pero a veces seguimos a la manada, al grupo o a lo que sería social y correctamente aceptable.

Ir a bailar, tomar unas copas, hacer una reunión en casa con amigos y mezclarse con el sexo opuesto a fin de terminar entregando algunos besos, algunas caricias pasajeras, que no me dejaran más que algunos moretones en las rodillas y miradas acusadoras de mis vecinos.

Disfrutar, entonces bailar y sentís las luces fluorescentes, el olor a cigarrillo pegado en las alfombras, la música estridente que puede lograr que uno deje de pensar, por el simple hecho de ingresar en nuestro cerebro sin escala.

“Y lo que por el contrario, me sucede a mí en las raras horas de placer, lo que para mí es delicia, suceso, elevación y éxtasis, eso no lo conoce, ni lo ama, ni lo busca el mundo más que si acaso en las novelas; en la vida, lo considera una locura.”

Entonces seguí leyendo para encontrarme con esta otra cita, aun más esclarecedora de ese sentimiento, ese ruido interior a la hora de formar parte de lo pre establecido. No sé si puedo ponerme a la altura de tal reflexión, es decir es un hombre sabio quien las hace, y yo me considero más bien su aprendiz, su intérprete. Pero puedo usarlas para esclarecer, entender y decir en palabras de otro y mías, más algunas azarosas reflexiones sobre los placeres y eso que damos en llamar disfrutar de la vida.

El cartel que se encontraba en la calle luego de un rato termino de cargar todas sus luces, y resalto por unos instantes la siguiente frase:

¡SÓLO… PARA… LO…COS!

*”El lobo estepario” Herman Hesse, Centro editor de Cultura.

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